martes, 27 de abril de 2010

Aprendiendo a ser abuelo


Estábamos en pleno invierno del año 1989, cuando sin darme cuenta recibí una llamada telefónica con la noticia que había sido abuelo por primera vez y todo el frío que sentía en mi cuerpo desapareció en un instante al saber que había llegado una preciosa nena hija de de uno de mis cinco hijos, Saúl Eduardo casado con Sandra Knez.
Todo había salido muy bien y empezaba una nueva vida para mi, tenía que empezar a descubrir como debía de ser un abuelo y lo iba a hacer de la mano de mi primera nieta. Estaba decidido a aprender como a ser un abuelo y aprendiendo a serlo crecimos los dos.
Juntos los dos íbamos aprendiendo el uno del otro; ahí descubrí las sensaciones que antes habían sido totalmente opuestas. Aquella sensación era muy diferente a la que sentí con el nacimiento de mis hijos y en mi interior sentía lo mucho que se cambia con el correr de los años.
Que alegría inmensa sentí con la llegada de esta nieta que marcó la partida a este nuevo camino, un camino que me llevaría seguro a lo que por lógica vendría después con la llegada de mis 17 nietos y que llenan de felicidad mi nueva vida de ser Abuelo.

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